Jose Luis Serzo
“Todavía no puedo creer todo lo que viví antes de introducirme en este rocambolesco bosque. En ocasiones me sigo preguntando de dónde saqué las fuerzas para romper el vientre desde el interior del monstruo marino que me tragó. A estas alturas del cuento podría decir con firmeza que tuve la valentía suficiente para mirar fijamente a la muerte a los ojos, me lancé sobre ella y crucé su oscuro y denso cuerpo para quizá, volver a nacer de nuevo. Si, puedo afirmar que Renací. (…) Decidí por alguna razón (quizá incluso hipnótica) introducirme en él, quizá olvidé los peligros a los que podría exponerme. Conocía algunas historias iniciáticas que se desarrollaban en estos misteriosos paisajes, tan simbólicos. Muchas de estas historias no siempre terminaban bien. Aunque en todos estos periplos emboscados el riesgo también traía consigo una catarsis, una gran promesa en última instancia. Sabía que en los bosques las apariencias engañan, o no. Aquello que crees que puede salvarte la vida, puede quitártela; aquello que parece querer matarte, puede dártela, y por lo tanto, hacerte crecer”. (…)