Nourathar
La frase de Sartre “El infierno son los Otros” (A puerta cerrada, 1948) explota el concepto de la influencia de las miradas ajenas en la psique personal. Parte de la idea de que la mirada del otro nos desnuda para mostrar la realidad de nuestro ser. Esta situación de vulnerabilidad provoca que el individuo se sienta juzgado y condenado. De esta forma, cuando observamos nuestra imagen reflejada en los ojos ajenos, éstos nos devuelven al monstruo del espejo que nos enfrenta a nuestros puntos oscuros, debilidades, defectos y miedos.
La pieza explora cómo la mirada del otro condiciona la construcción de la identidad propia, en una relación de intersubjetividad. Al mismo tiempo, ironiza sobre cómo las grandes tecnológicas sacan provecho de nuestras debilidades al manipular y alimentar esta construcción. Por otro lado, la instalación invierte la relación del observador-observado: el espectador, que asiste a la galería con la intención de ver la exposición, se encuentra ante la mirada capturada de los visitantes anteriores. En el momento en el que decide interactuar, se convierte en parte de la instalación y será observado también por los visitantes futuros.